Versos bíblical de sanidad

08
Nov

Sal 30:2 SEÑOR mi Dios, te pedí ayuda y me sanaste

Sal 34:10 Caf Los leoncillos se debilitan y tienen hambre, pero a los que buscan al SEÑOR nada les falta.

Sal 34:19 Resh Muchas son las angustias del justo, pero el SEÑOR lo librará de todas ellas;

Sal 55:18 Aunque son muchos los que me combaten, él me rescata, me salva la vida en la batalla que se libra contra mí.

Sal 97:10 El SEÑOR ama[a] a los que odian[b] el mal; él protege la vida de sus fieles, y los libra de manos de los impíos.

Sal 103:3 Él perdona todos tus pecados y sana todas tus dolencias;

Sal 119:93 Jamás me olvidaré de tus preceptos, pues con ellos me has dado vida.

Isa 53:4 Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores, pero nosotros lo consideramos herido, golpeado por Dios, y humillado.

Jua 8:36 Así que si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres.

Rom 8:2 pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me[b] ha liberado de la ley del pecado y de la muerte.

Rom 8:32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas?

2Co 2:14 Sin embargo, gracias a Dios que en Cristo siempre nos lleva triunfantes[a] y, por medio de nosotros, esparce por todas partes la fragancia de su conocimiento.

1Jn 3:8 El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha estado pecando desde el principio. El Hijo de Dios fue enviado precisamente para destruir las obras del diablo.

3Jn 1:2 Querido hermano, oro para que te vaya bien en todos tus asuntos y goces de buena salud, así como prosperas espiritualmente.

1Pe 2:24 Él mismo, en su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados, para que muramos al pecado y vivamos para la justicia. Por sus heridas ustedes han sido sanados.

Éxo 15:26 Les dijo: «Yo soy el SEÑOR su Dios. Si escuchan mi voz y hacen lo que yo considero justo, y si cumplen mis leyes y mandamientos, no traeré sobre ustedes ninguna de las enfermedades que traje sobre los egipcios. Yo soy el SEÑOR, que les devuelve la salud.»

Éxo 23:25-26 »Adora al SEÑOR tu Dios, y él bendecirá tu pan y tu agua. »Yo apartaré de ustedes toda enfermedad. 26 »En tu país ninguna mujer abortará ni será estéril. ¡Yo te concederé larga vida!

Deu 7:15 El SEÑOR te mantendrá libre de toda enfermedad y alejará de ti las horribles enfermedades que conociste en Egipto; en cambio, las reservará para tus enemigos.

Sal 107:20 Envió su palabra para sanarlos, y así los rescató del sepulcro.

Pro 4:20-22 Hijo mío, atiende a mis consejos; escucha atentamente lo que digo. 21 No pierdas de vista mis palabras; guárdalas muy dentro de tu corazón. 22 Ellas dan vida a quienes las hallan; son la salud del cuerpo.

Isa 53:4-5 Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores, pero nosotros lo consideramos herido, golpeado por Dios, y humillado. 5 Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados.

Mal 4:2 Pero para ustedes que temen mi nombre, se levantará el sol de justicia trayendo en sus rayos[a] salud. Y ustedes saldrán saltando como becerros recién alimentados.

Éxo 15:26 Les dijo: «Yo soy el SEÑOR su Dios. Si escuchan mi voz y hacen lo que yo considero justo, y si cumplen mis leyes y mandamientos, no traeré sobre ustedes ninguna de las enfermedades que traje sobre los egipcios. Yo soy el SEÑOR, que les devuelve la salud.»

Éxo 23:25 »Adora al SEÑOR tu Dios, y él bendecirá tu pan y tu agua. »Yo apartaré de ustedes toda enfermedad.

Deu 7:15 El SEÑOR te mantendrá libre de toda enfermedad y alejará de ti las horribles enfermedades que conociste en Egipto; en cambio, las reservará para tus enemigos.

Sal 34:19 Resh Muchas son las angustias del justo, pero el SEÑOR lo librará de todas ellas;

Sal 34:20 Shin le protegerá todos los huesos, y ni uno solo le quebrarán.

Sal 91:10 ningún mal habrá de sobrevenirte, ninguna calamidad llegará a tu hogar.

Sal 103:1-4 Salmo 103 Salmo de David. Alaba, alma mía, al SEÑOR; alabe todo mi ser su santo nombre. 2 Alaba, alma mía, al SEÑOR, y no olvides ninguno de sus beneficios. 3 Él perdona todos tus pecados y sana todas tus dolencias; 4 él rescata tu vida del sepulcro y te cubre de amor y compasión;

Isa 54:17 No prevalecerá ninguna arma que se forje contra ti; toda lengua que te acuse será refutada. Ésta es la herencia de los siervos del SEÑOR, la justicia que de mí procede —afirma el SEÑOR—.

Isa 53:5 Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados.

Isa 53:6 Todos andábamos perdidos, como ovejas; cada uno seguía su propio camino, pero el SEÑOR hizo recaer sobre él la iniquidad de todos nosotros.

Mat 8:1-7 Cuando Jesús bajó de la ladera de la montaña, lo siguieron grandes multitudes. 2 Un hombre que tenía lepra se le acercó y se arrodilló delante de él. —Señor, si quieres, puedes limpiarme —le dijo. 3 Jesús extendió la mano y tocó al hombre. —Sí quiero —le dijo—. ¡Queda limpio! Y al instante quedó sano[a] de la lepra. 4 —Mira, no se lo digas a nadie —le dijo Jesús—; sólo ve, preséntate al sacerdote, y lleva la ofrenda que ordenó Moisés, para que sirva de testimonio. 5 La fe del centurión 8:5-13—Lc 7:1-10 Al entrar Jesús en Capernaúm, se le acercó un centurión pidiendo ayuda. 6 —Señor, mi siervo está postrado en casa con parálisis, y sufre terriblemente. 7 —Iré a sanarlo —respondió Jesús.

Mal 4:2 Pero para ustedes que temen mi nombre, se levantará el sol de justicia trayendo en sus rayos[a] salud. Y ustedes saldrán saltando como becerros recién alimentados.

Luc 10:19 Sí, les he dado autoridad a ustedes para pisotear serpientes y escorpiones y vencer todo el poder del enemigo; nada les podrá hacer daño.

Gál 3:13 Cristo nos rescató de la maldición de la ley al hacerse maldición por nosotros, pues está escrito: «Maldito todo el que es colgado de un madero.»[h]

Gál 3:14 Así sucedió, para que, por medio de Cristo Jesús, la bendición prometida a Abraham llegara a las naciones, y para que por la fe recibiéramos el Espíritu según la promesa.

Apo 12:11 Ellos lo han vencido por medio de la sangre del Cordero y por el mensaje del cual dieron testimonio; no valoraron tanto su vida como para evitar la muerte.

Éxo 15:26 Les dijo: «Yo soy el SEÑOR su Dios. Si escuchan mi voz y hacen lo que yo considero justo, y si cumplen mis leyes y mandamientos, no traeré sobre ustedes ninguna de las enfermedades que traje sobre los egipcios. Yo soy el SEÑOR, que les devuelve la salud.»

Sal 30:2 SEÑOR mi Dios, te pedí ayuda y me sanaste

Sal 34:10 Caf Los leoncillos se debilitan y tienen hambre, pero a los que buscan al SEÑOR nada les falta.

Sal 34:19 Resh Muchas son las angustias del justo, pero el SEÑOR lo librará de todas ellas;

Sal 55:18 Aunque son muchos los que me combaten, él me rescata, me salva la vida en la batalla que se libra contra mí.

Sal 97:10 El SEÑOR ama[a] a los que odian[b] el mal; él protege la vida de sus fieles, y los libra de manos de los impíos.

Sal 103:3 Él perdona todos tus pecados y sana todas tus dolencias;

Isa 53:4 Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores, pero nosotros lo consideramos herido, golpeado por Dios, y humillado.

Jua 8:36 Así que si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres.

Rom 8:2 pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me[b] ha liberado de la ley del pecado y de la muerte.

Rom 8:32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas?

1Co 2:14 El que no tiene el Espíritu[e] no acepta lo que procede del Espíritu de Dios, pues para él es locura. No puede entenderlo, porque hay que discernirlo espiritualmente.

1Pe 2:24 Él mismo, en su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados, para que muramos al pecado y vivamos para la justicia. Por sus heridas ustedes han sido sanados.

Sal 138:7 Aunque pase yo por grandes angustias, tú me darás vida; contra el furor de mis enemigos extenderás la mano: ¡tu mano derecha me pondrá a salvo!

Pro 3:5-8 Confía en el SEÑOR de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. 6 Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas. 7 No seas sabio en tu propia opinión; más bien, teme al SEÑOR y huye del mal. 8 Esto infundirá salud a tu cuerpo y fortalecerá tu ser.[b]

Heb 4:12 Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos,[f] y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón.

Eze 16:6 » ” Pasé junto a ti, y te vi revolcándote en tu propia sangre y te dije: ¡Sigue viviendo;

Joe 3:21 ¿Perdonaré la sangre que derramaron? ¡Claro que no la perdonaré!» ¡El SEÑOR hará su morada en Sión!

1Co 3:16 ¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?

Pro 4:20-22 Hijo mío, atiende a mis consejos; escucha atentamente lo que digo. 21 No pierdas de vista mis palabras; guárdalas muy dentro de tu corazón. 22 Ellas dan vida a quienes las hallan; son la salud del cuerpo.

2Ts 3:3 Pero el Señor es fiel, y él los fortalecerá y los protegerá del maligno.

Mat 15:13 —Toda planta que mi Padre celestial no haya plantado será arrancada de raíz —les respondió.

1Jn 3:8 El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha estado pecando desde el principio. El Hijo de Dios fue enviado precisamente para destruir las obras del diablo.

3Jn 1:2 Querido hermano, oro para que te vaya bien en todos tus asuntos y goces de buena salud, así como prosperas espiritualmente.

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